Quizás ni el mismo Vinicius Jr. lo sabe o lo entiende, pero sin duda su situación está más cada vez más clara: El chico necesita una cesión de manera urgente.
La realidad es latente. Más allá de lo que pretenda el club, empeñado en hacer de del joven brasileño la nueva estrella del equipo, o incluso de las ideas del propio jugador, que quizás se vea con el nivel suficiente para ser titular en el Real Madrid a sus 19 años, lo cierto es que la mejor salida para él no es otra que la de un préstamo a un club de primera.
Porque a su edad y con las buenas maneras que ya apuntó el jugador el año pasado, lo quede verdad necesita Vinicius en este momento de su carrera son minutos. Y eso, justamente este año en el Real Madrid, no es algo que vaya a tener en suficiente cuantía.
El brasileño fue titular en el primer partido de la temporada de los blancos ante el Celta de Vigo, dejando una buena impresión, aunque volviendo a estar falló de cara al gol. En la segunda jornada, Zinedine Zidane le dejó en el banquillo. Los minutos que tuvo en la segunda parte fueron un verdadero calvario para el futbolista. Entrando por la derecha, para que Gareth Bale terminará el partido por la izquierda, Vinicius estuvo errático, mal en la toma de decisiones, incluso extremadamente inseguro en la salida del balón.
No hubo ni rastro del jugador que maravilló el año pasado al Bernabéucon su desparpajo y su habilidad, por lo que Zidane se llenó de razones para no mantenerle entre sus prioridades.
Y es que con Marco Asensio lesionado de larga duración y con Eden Hazard fuera de combate también por una lesión muscular, Vinicius no ha logrado demostrar que debe ser el tercero en discordia en el ataque blanco. La anulación de las condenas que han mantenido en el limbo a Gareth Bale y James Rodríguez —ambos titulares por delante de Vini ante el Valladolid— ponen aun más de manifiesto que lo mejor que podría hacer el brasileño es buscar un buen equipo, competitivo, donde le den la continuidad que necesita este año para demostrar su valía.
Ahora mismo, Vinicius puede ser perfectamente la séptima u octava opción en un tridente de ataque madridista, pues la polivalencia de Isco o James puede acabar quitándole muchos minutos. A todo esto, se debe añadir la vuelta de Brahim Díaz en breve tras su segunda lesión al hilo y la posible llegada de Neymar o de algún otro atacante a petición de Zidane.
Con todo, el futuro inmediato de Vinicius en el equipo merengue no pinta para nada bien. Se ha comentado que el PSG habría pedido incluir al brasileño en una hipotética operación por el traspaso de Neymar, algo a lo que el Real Madrid se ha negado categóricamente. Tiene sentido. En el club se tiene mucha confianza en él por lo que no se entendería que se le dejara marchar, con todo el potencial que atesora para intentar traer a su díscolo compatriota.
Ahora bien, la fórmula de cesión sí que podría acabar siendo una situación en la que todas las partes salieran fortalecidas. Los casos de Asensio, de Casemiro o de Carvajal, avalan este opción. Este mismo año, sin ir más lejos, ya hemos podido ver a un Martin Odegaard asentado en este arranque como uno de los pilares de la Real Sociedad, mientras que Take Kubo ha llegado a Mallorca con estatus de héroe.
La situación de Vini podría ser similar. Un buen año en un equipo de media tabla para arriba, incluso en uno que dispute competiciones europeas, sería la mejor forma para el joven talento de demostrar el fútbol que lleva dentro. El Real Madrid podría ver de primera mano lo que puede llegar a ofrecer el atacante con confianza y con continuidad. Y si la jugada sale bien, el año que viene podría volver al club con galones para formar parte del núcleo duro de la plantilla.
La decisión, seguramente, dependerá de él y de su entorno, pero la realidad es bastante clara. La mejor opción para el chico, en estos momentos, es un cesión. Quedan cinco días para llevarla a cabo.
