Uniformes, nacionalismo y xenofobia: la polémica que rodea a la selección de sóftbol de México

La boxeadora mexicana Brianda Tamara encontró en la Villa Olímpica al equipo de limpieza con unas bolsas transparentes. Ahí notó que había uniformes de juego y de entrenamiento de México. Eran de la selección de sóftbol que los había abandonado en el hotel. Chamarras, camisetas y hasta manoplas. Tamara compartió la imagen y se encendió todo. La indignación empezó a escalar hasta generar una oleada de odio en contra de las jugadoras.

Sobre la selección de sóftbol planea un discurso xenófobo. La mayoría de las jugadoras tienen doble nacionalidad: mexicana y estadounidense. Las autoridades del deporte buscaron potenciar el nivel del equipo mexicano en las universidades de Estados Unidos. Así reclutaron a las deportistas que tenían raíces mexicanas. No fue tan fácil convencerlas porque México era el gran perdedor del deporte en el continente. Rolando Guerrero, presidente de la Federación Mexicana de Sóftbol, las convenció de representar al país para llevarlo, por primera vez, a unos Juegos Olímpicos. Lo consiguieron en 2019. En Tokio lograron pelear la medalla de bronce, aunque Canadá les ganó en el último partido. Lograr el cuarto sitio era un gran logro para la delegación mexicana.

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