Si los adultos sanos ya vacunados precisan una tercera dosis frente al coronavirus para no perder la inmunidad ganada gracias a las dos primeras es una de las preguntas clave a responder en los meses que quedan de 2021. Por ahora, la posición mayoritaria de los científicos es que no es necesaria, aunque el debate sigue abierto, impulsado también por otras variables como las políticas —todos los gobiernos desean mostrarse como los más preparados frente a la pandemia— y las comerciales, con las compañías farmacéuticas tratando de convencer a los organismos reguladores de las bondades del tercer pinchazo.