“Los talibanes han empezado a ir casa por casa buscando a las mujeres activistas”, asegura la conocida periodista y defensora de los derechos de la mujer Humira Saqib, que a sus 41 años recuerda con nitidez las sevicias a las que los extremistas sometieron a las afganas durante su dictadura (1996-2001). Su denuncia contrasta con los mensajes de tranquilidad que emiten los portavoces talibanes. No se fía. Como muchas otras mujeres, ha optado por esconderse.