La salida de Nieto refuerza al núcleo duro de López Obrador

El punto de inflexión llegó en otoño del año pasado, cuando Santiago Nieto vio cortadas en seco sus ambiciones políticas. El presidente respondió con un rotundo ‘no’ a su aspiración de convertirse en el candidato de Morena a gobernador en Querétaro, pero las tensiones en todo caso venían de más atrás. El mediático papel que fue ganando desde su llegada en 2018 a la poderosa Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), con sonados golpes a la corrupción y el lavado de dinero, desde el caso Odebrecht al cerco a los carteles del narcotráfico, despertó pronto recelos tanto dentro del Gabinete y como de otros altos funcionarios. Un protagonismo que lo aupó a postularse no solo a la pelea por una gubernatura, también sonó para tomar el mando de la Secretaría de Seguridad e incluso para la terna de las presidenciales.

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