La parte más diminuta del vehículo se ha convertido en un gran dolor de cabeza para la industria automotriz. Desde principios de año, no hay suficientes microchips para atender la demanda del mercado y la situación ha empeorado. Pese a ser uno de los mayores productores de automóviles del mundo, México carece de fábricas propias de chips y depende de las importaciones. Esenciales para varias partes del automóvil, la escasez global de estos productos amenaza la recuperación de un sector muy golpeado por la crisis económica.