El Partido de la Revolución Democrática (PRD) cumplió 30 años y en este aniversario podría desaparecer del escenario político. En 2018 tenía registrados ante el Instituto Nacional Electoral (INE) 5 millones 254 mil 778 militantes. Recientemente realizó un proceso de reafiliación y su nuevo registro es de un millón 316 mil 847 afiliados. Cuatro de cada cinco militantes lo abandonaron.
Es posible que el reconocimiento de la realidad, que indica la decadencia del PRD, haya sido factor para que quienes dominan en el partido determinaran que para subsistir es recomendable ajustarse y cambiar su denominación a FUTURO 21, en franca referencia a la disputa electoral federal de mitad de sexenio, en la que podría darse el escenario en el que la opción de Morena se levante con el triunfo que le otorgue un dominio mayor al que ahora tiene.
La propuesta de Futuro 21 es ser una opción anti López Obrador, según el excandidato presidencial Gabriel Quadri, se trata de aprovechar el registro del PRD para integrar una coalición de fuerzas progresistas, que construyan una opción liberal, social-demócrata que haga frente a la “regresión populista que está viviendo México”.
“El registro ya existe, es el registro del PRD, el PRD ha puesto al servicio de este nuevo proyecto su registro, o sea, no se trata de crear un partido nuevo de la nada, que es carísimo, es muy difícil, y me parece que solamente intereses que tienen una gran capacidad económica pueden tener la opción de crear un partido político nuevo”. (Excelsior, 24 de agosto de 2019)
El dirigente de la corriente Nueva Izquierda, del PRD, Jesús Ortega, comentó que Futuro 21 tendrá en su dirigencia personas sin experiencia partidista previa para que no sean los mismos de siempre y las alianzas que pretende hacer con el PAN, Movimiento Ciudadano, con Felipe Calderón y Margarita Zavala y demás, sea un contrapeso real, de oposición y alternativa al populismo y a las ocurrencias del gobierno.
Llama la atención del anuncio sobre la creación de Futuro 21, que según el proyecto se convertirá en partido en diciembre con el registro del PRD, que esta posibilidad dependerá de la determinación de la próxima asamblea del partido en la que se elegirá nueva dirigencia nacional y la cesión de registro a Futuro 21, lo que no parece que será un proceso terso, si consideramos la beligerancia de las tribus del PRD que tendrían que renunciar a sus intereses a cambio de una promesa incierta.
Desde hace algunos años domina al interior del PRD el grupo de “Los Chuchos”, Jesús Ortega, Jesús Zambrano y otros. Cuyo liderazgo llevó al PRD al declive, polarización y confrontación internas que provocó el éxodo de su militancia hacia Morena.
Es posible que cuando se formalice la creación de Futuro 21, aparezcan entre sus dirigentes Jesús Ortega y Jesús Zambrano, el ex jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, el excandidato a la presidencia, Gabriel Quadri, el exrector de la UNAM, José Narro y la excandidata, Purificación Carpinteyro.
Lo único cierto en el horizonte de Futuro 21 es que el PRD de los Chuchos tiene asignado un presupuesto de 454 millones de pesos para 2020, que le entregará el INE, lo que permitirá que este grupo continúe dominando, con una máscara diferente, porque el que paga manda.
Los políticos que darán vida a Futuro 21 fueron convocados para combatir lo que no lograron desde la “trinchera” que antes ocupaban, los agrupa su convicción de que “los que hoy gobiernan el país, que no es la izquierda, sino un híbrido de autoritarismo y mesianismo”. Se integran como opositores al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. (La Jornada, 26 de agosto de 2019)
El PRD ofrece ceder su registro para renacer como Futuro 21. Antes el PRD se beneficio de la cesión de registro que le hizo el Partido Mexicano Socialista (PMS).
Heberto Castillo fue candidato presidencial del PMS en 1988, pero declinó a favor de Cuauhtémoc Cárdenas. Posteriormente PMS cedió su registro al Frente Democrático Nacional para fundar el PRD.
La batalla de los que integrarán Futuro 21 será la confrontación y cuestionamiento al gobierno de la 4T, pero sobre todo pelearán hasta el último aliento por mantenerse en la nómina. Son desechos de otros partidos, pero saben que vivir fuera del presupuesto es un error. Para ellos ser antiAMLO es un negocio.