Hay una regla de oro en las teorías evolutivas que dice que los animales tienden a ser cada vez más grandes con el paso de las generaciones. Pero los habitantes de una isla del archipiélago indonesio han asombrado al mundo científico al romper todas las predicciones y volverse cada vez más pequeños.
En la Isla Flores, un paraíso tropical con abundante vegetación y playas de arena oscura debido a su actividad volcánica, los humanos y algunos animales han atravesado por un proceso de empequeñecimiento en dos eras distintas de la historia del planeta.
Varias especies humanas coexistieron durante siglos en diferentes partes de la Tierra y desarrollaron distintas características para adaptarse a las condiciones de su ambiente. Fue así como el Homo neanderthalensis que habitó en los fríos bosques de Europa tenía un esqueleto fuerte y robusto que podría alcanzar hasta 1.65 de estatura y 80 kilos de peso.
Pero en la selva húmeda de Flores, la supervivencia hizo que el llamado Homo floresiensis experimentara un proceso de enanismo que redujo la estatura máxima de un adulto a 1,06 metros y un peso de 25 kilos.
El historiador Yuval Noah Harari explicó en su libro Sapiens que los humanos llegaron inicialmente a Flores durante un período de mareas excepcionalmente bajas, lo que facilitó avanzar hacia las islas desde tierra firme.
Pero cuando el mar volvió a su nivel habitual, muchos se quedaron atrapados en una isla con recursos limitados. Los primeros en morir fueron los individuos más grandes que necesitaban consumir una mayor cantidad de alimentos para mantenerse sanos. Los más pequeños tuvieron más posibilidades de sobrevivir y reproducirse y, con el paso de las generaciones, los habitantes de Flores se convirtieron en enanos.
Las evidencias arqueológicas muestran que fueron capaces de producir herramientas y hasta cazar elefantes, aunque los paquidermos también eran enanos.
Harari sostiene que lo interesante es que aunque los Homo neanderthalensis que habitaron Europa y Asia eran más altos y fuertes, y los Homo floresiensis fueran más pequeños, los distintos grupos pertenecían a la especie homo, es decir, que todos eran seres humanos.
“La verdad es que desde hace dos millones de años hasta alrededor de 10.000 años atrás, el mundo era el hogar simultáneamente de varias especies de humanos.
Los neardentales y los humanos de la Isla Flores desaparecieron hace unos 12.000 años dejando algunas herramientas, algunos genes en nuestro ADN y muchas respuestas sin resolver.
Los pequeños Sapiens
Una de las interrogantes que generó el hallazgo de fósiles de individuos diminutos con aspecto humano en la cueva Liang Bua era si los habitantes actuales de Isla Flores, que tienen una estatura promedio de 1,44 metros, eran descendientes por el apareamiento entre Homo sapiens con los Homo floresiensis.
Una expedición científica viajó a Flores en 2013 para determinar si el pequeño tamaño de los aldeanos actuales era una característica heredada de los hombres arcaicos que habrían habitado la isla hace unos 60.000 años.
Con la autorización de los ancianos de las comunidades, los científicos tomaron 32 muestras de saliva para examinar su ADN. Paralelamente, otros expertos analizaban con detenimiento los restos de huesos y herramientas encontradas en las cavernas.
Luego investigadores de la Universidad de Princeton compararon las muestras de ADN de la aldea Rampasasa, que queda próxima al lugar donde se encontraban los fósiles, con la composición genética de humanos de otras partes del planeta.