Tras la caída del régimen talibán en 2001, el fútbol femenino se convirtió en un símbolo de libertad en Afganistán. La selección gozaba de una gran popularidad y participó en varias competiciones internacionales, como la Copa de Asia del Sur. Sin embargo, el Comité Olímpico del país dio a conocer a finales de noviembre que varias jugadoras denunciaron que habían sufrido abusos sexuales por parte de entrenadores y directivos de la federación. Un escándalo que ha sacudido al mundo del deporte y a la sociedad afgana.