«Muchas misiones extranjeras buscaron esta ciudad y nunca la encontraron», ha resaltado el exministro de Antigüedades egipcio Zahi Hawass al anunciar que la misión egipcia que él dirige ha descubierto una ciudad perdida bajo la arena en Luxor que recibió el nombre de ‘El ascenso de Atón’.
La historia de esta urbe se remonta al reinado del faraón Amenhotep III, un importante rey de la dinastía XVIII que gobernó Egipto entre los años 1391 y 1353 a.C. Permaneció activa en tiempos de su hijo y futuro heredero al trono, Amenhotep IV, Akenatón, con quien compartió los últimos ocho años de su reinado, así como en la época de sus sucesores Tutankamón y Ay. Según Hawass, fue el mayor asentamiento administrativo e industrial de la era del Imperio Egipcio en la orilla occidental de Luxor.
Un hallazgo fortuito
La misión egipcia que ha descubierto «la ciudad más grande jamás encontrada en Egipto», en palabras de Hawass, comenzó buscando el templo mortuorio de Tutankamón en un área entre el templo de Ramses III en Medinet Habu y el templo de Amenhotep III en Memnon. En las cercanías se habían encontrado los templos de Horemheb y de Ay.
Al poco de iniciar las excavaciones en septiembre de 2020, se toparon con sorpresa con formaciones de ladrillos de adobe en todas direcciones. Lo que desenterraron fue una gran ciudad, en buen estado de conservación, con muros casi completos y con habitaciones llenos de objetos de la vida cotidiana. Según el director de la misión, las capas arqueológicas han permanecido intactas durante miles de años, como si los antiguos residentes las hubieran dejado ayer.
Restos encontrados de la ciudad perdida de Luxor
Restos encontrados de la ciudad perdida de Luxor – Facebook de Zahi Hawass
«Las calles están flanqueadas por casas, con piedras en sus muros de hasta tres metros de altura», describe el arqueólogo antes de continuar diciendo que « la ciudad se extiende hacia el oeste, hasta la famosa Deir El-Medina».
Un misterio de la Historia
A juicio de Betsy Brian, profesora de Egiptología de la universidad estadounidense John Hopkins, el descubrimiento arqueológico de esta ciudad perdida «es el segundo más importante desde el hallazgo de la tumba de Tutankamón».
A juicio de Brian, ‘El Ascenso de Atón’ no solo permitirá conocer cómo vivían los antiguos egipcios en una época en el que «el Imperio estaba en su apogeo», sino que también arrojará luz sobre «uno de los más grandes misterios de la Historia: ¿Por qué Akenatón y Nefertiti decidieron trasladarse a Amarna?», la región en la que se construyó una nueva capital imperial en el siglo XVI antes de Cristo.
Anillos, escarabajos, vasijas de cerámica y ladrillos de adobe con el cartucho de Amenhotep III confirmaron la datación de esta ciudad que, según las referencias históricas, albergó tres palacios reales de este faraón, así como el centro administrativo e industrial del imperio.
En los siete meses de excavación, se han logrado desenterrar varias áreas. Se ha encontrado una panadería, una gran cocina con hornos y cerámicas para almacenar alimentos. Por su tamaño, creen que atendía a un gran número de trabajadores y empleados. También han descubierto parcialmente el distrito administrativo y residencial.
Este área está cercada por un muro en zigzag, con un único punto de acceso que conduce a pasillos internos y áreas residenciales, lo que hace pensar a los arqueólogos que servía para controlar la entrada y salida a esta zona, como acceso de seguridad. También han hallado un taller con moldes para la producción de amuletos y delicados objetos decorativos y una zona para la fabricación de ladrillos usados en la construcción de templos y que llevan el sello con el cartucho del faraón Amenhotep III.