Con una intención de voto rozando la irrelevancia a mes y medio de haber lanzado su campaña, la socialista Anne Hidalgo necesitaba un fuerte empujón para recuperar el pulso en la aún larga carrera hacia la presidencia francesa. La plataforma fue el congreso de investidura del Partido Socialista (PS) este sábado en Lille, un evento organizado para mostrar la unidad de la formación —pese a la ausencia de figuras como el expresidente François Hollande— en torno a la alcaldesa de París, de origen español. A la vez, la cita le permitió presentar un programa que busca convencer a los votantes de izquierda desencantados con las divisiones de los partidos de que ella es la candidata que puede volver a llevar la socialdemocracia al poder, como se ha logrado en España, Portugal o, incluso, en Alemania, de la mano de Olaf Scholz.