Desaceleración económica, vigorosa creación de empleo y presión inflacionaria, en un escenario de atasco productivo global y con leves repuntes del coronavirus. El escenario que ha rodeado la reunión de la Reserva Federal (Fed, banco central de EE UU) en Washington arroja un pronóstico reservado de la salud de la economía estadounidense, de ahí que las conclusiones del Comité Federal de Mercado Abierto, responsable de aplicar la política monetaria, se aguardasen con expectación no exenta de nervios, como han demostrado algunas oscilaciones en las principales bolsas en la apertura de la sesión de este miércoles. La economía estadounidense afronta la peor crisis de suministros desde la del petróleo de 1973, y el frenazo que eso implica en la recuperación ha condicionado la decisión acerca de la progresiva retirada de estímulos en la primera economía mundial, así como sobre el precio del dinero, congelado en torno al 0% desde marzo de 2020.