Los economistas se dividen estos días entre quienes piensan —una mayoría estrecha, pero mayoría al fin y al cabo— que la inflación será un fenómeno pasajero, y que el verdadero riesgo está en una retirada prematura de los estímulos, y quienes creen que las subidas de precios han llegado para quedarse y que no hay tiempo que perder para corregir el rumbo. La jefa de análisis del Banco Mundial, Carmen Reinhart (La Habana, 66 años), está claramente en el segundo bando. “En la vida hay pocas cosas permanentes, pero no veo la inflación como algo transitorio: puede haber persistencia”, advierte la economista estadounidense de origen cubano, que desde mucho antes de aterrizar al multilateral —donde acaba de ser ascendida al rango de vicepresidenta— gozaba de gran respeto en la academia. La charla, una videollamada a la que responde desde su casa en Washington, se extiende durante algo más de media hora. Es directa y no rehúye ninguna pregunta.