El salón guarda los recuerdos de toda una vida. Un espacio cálido, de luz dorada que nada más entrar muestra la parte más íntima y personal de Lolita Ayala, conductora de Televisa durante casi 50 años. Las fotografías de los nietos y la familia se mezclan con los retratos de personajes memorables de la televisión mexicana y un cuadro de la virgen de Guadalupe. Un enorme y viejo boxer llega entonces a dar la bienvenida y a olfatear a las recién llegadas. Se llama Dodi, como Dodi Alfayed, el amante multimillonario de Lady Di. Le acompañan Rita y el pequeño Goliath que no para de morder lo que se ponga a su alcance. Como si se tratara de un set de televisión, todo está cuidado al milímetro. También el maquillaje y la peluquería. Bajo la atenta mirada de una enfermera, una maquillista y su sobrino Rafael, su brazo derecho, el personal de servicio baja a Lolita Ayala en silla de ruedas.