El espiral de violencia en Estados Unidos parece no tener fin tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía. Ayer por la noche, un hombre fue baleado cuando manifestantes antirracistas trataban de derribar la estatua de bronce de un conquistador español situada en el exterior del Museo de Albuquerque, la mayor ciudad de Nuevo México, lo que llevó a las autoridades a anunciar que la imagen sería retirada hasta que se determinen los próximos pasos a seguir.
La confrontación entre los manifestantes y un pequeño grupo de miembros de una milicia de extrema derecha que trataban de proteger la estatua de Juan de Oñate comenzó antes de que los manifestantes rodearan la imagen con una cadena y empezasen a tirar de ella al grito de «¡Derríbenla!». Momentos después se escucharon disparos en la calle y a gente gritando que alguien había sido baleado.
Según, informó el medio local Albuquerque Journal, en base al relato de testigos y a un video que circuló en las redes sociales, el tiroteo ocurrió durante una pelea entre un hombre con una camisa azul y personas que intentaban derribar la estatua. El hombre fue empujado a la calle, y luego los manifestantes comenzaron a avanzar hacia él, algunos amenazándolo. El hombre de la camisa azul sacó una lata de spray de pimienta de su bolsillo y la roció.
En ese momento, el hombre de la camisa azul sacó un arma y disparó unos cinco disparos, hiriendo a una persona. El hombre que recibió el disparo parecía haber sido una de las personas que avanzaban sobre el hombre de la camisa azul.
El herido fue trasladado a un hospital, pero su estado se desconocía de inmediato, señaló el vocero de la policía, Gilbert Gallegos.
La policía empleó gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para proteger a los agentes y detener a los implicados en el tiroteo, añadió Gallegos. Fueron desarmados y arrestados para ser interrogados, mientras la policía trataba de asegurar la escena, apuntó señalando que los detectives investigarán lo ocurrido. El portavoz no ofreció más información de inmediato.
«La balacera de esta noche fue un acto de violencia trágico, indignante e inaceptable y que no tiene cabida en nuestra ciudad», dijo el alcalde, Tim Keller, en un comunicado. «Nuestra diversa comunidad no se verá disuadida por actos destinados a dividirnos o silenciarnos. Nuestros corazones están con la víctima, con su familia y con los testigos cuyas vidas se vieron amenazadas sin necesidad esta noche. Esta escultura se ha convertido ahora en un asunto urgente de seguridad pública».
La violencia se produjo apenas horas después de que activistas en el norte de Nuevo México celebraron la retirada de otra escultura de Oñate en un centro cultural en la comunidad de Alcalde. Las autoridades del condado de Río Arriba la sacaron del lugar para protegerla de posibles daños y evitar disturbios en una protesta prevista más tarde.
Las imágenes de Oñate son una fuente de críticas desde hace décadas.
Oñate, que llegó a lo que hoy es Nuevo México en 1598, es celebrado como un padre fundador en comunidades en la parte alta del Río Bravo que remontan su ascendencia a los colonos españoles. Pero también es vilipendiado por su brutalidad.
Entre los nativos americanos, Oñate es conocido por haber ordenado que le cortasen el pie derecho a 24 guerreros tribales cautivos tras el asesinato de su sobrino. En 1998, alguien le amputó el pie derecho a la estatua, un incidente que afectó a la decisión de retirarla. yahoo